Hoy es la primera chilena en recibir un transplante de cartílago de rodilla obtenido a partir de sus propias células madre.
María Aravena Jara, de 57 años, sufrió hasta 2012 de severos dolores en una de sus rodillas que llegaron incluso a impedirle trabajar. Pasó años visitando médicos, realizando terapias e incluso pasó por una operación que no hizo más que aumentarle el dolor y mermar su calidad de vida, debido al desgaste y a la casi inexistencia del cartílago de su rodilla. “Hubo una vez en que terminé llorando por el dolor en medio de la calle, era invierno y había comprado un bidón pequeño de parafina, no pude caminar más dos cuadras”, contó.
Finalmente llegó a atenderse con doctor Freddy Montoya, en el Hospital Traumatológico de Concepción, quien le habló de un proyecto de investigación con células madre, que se estaba realizando en la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Concepción y que ya había mostrado resultados alentadores en la diferenciación de tejido articular (como el de cartílago de rodilla). “Yo ahí cerré los ojos y me encomendé a dios y a los médicos” indicó la paciente, que en 2012 se convirtió en la primera chilena en recibir un transplante de cartílago de rodilla obtenido a partir de sus propias células madre.
